2/7/09

san fermín després de 24 anys ... m'espera !!!!!

GORA SAN FERMÍN ( 25 !!!!!!!! ) un quart de segle !!!!!!!!!!

Aquest any si!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! GORA SAN FERMÍN!!!!!!!!!!!!!!!!!!



Cuándo: Día 6 a las 12:00 horas.


Dónde: En la Plaza del Ayuntamiento. También puede disfrutarse en las pantallas gigantes colocadas en el Paseo Sarasate o la Plaza del Castillo.


Duración: Desde un par de horas antes de las 12.00 horas hasta que el cuerpo aguante.


Estado aconsejable: A esas horas la gente está sobria (técnicamente aún no ha empezado la fiesta). Una vez pasado propiamente el txupinazo es cuando empiezan los poteos varios. Tras 3 horas de poteo ininterrumpido es muy difícil no acabar un poco piripi. Es parte de la fiesta.


Vestimenta ideal: Camiseta y pantalón blanco sí o sí. Faja roja a la cintura y pañuelico en la muñeca o directamente en el bolsillo. Dicho pañuelo debe ser anudado al cuello en el momento justo. Si te lo pones antes del chupinazo, te pueden llamar de todo, si tardas demasiado en ponértelo, tu condición de sanferminero se pondrá en entredicho.


Lo necesario: Sin botella de champán no eres nadie. Y que no te timen con sidras con gas ni sucedáneos por el estilo.


Ambiente: A pocos minutos de que empiece la mejor fiesta del mundo, ¿de verdad es necesario describir el ambiente? ¡Fiesta!





Toda fiesta popular navarra comienza con el lanzamiento de un cohete, y en este sentido, San Fermín no podía ser diferente. La fiesta navarra es única en muchos aspectos, pero no en este. El chupinazo es el pistoletazo de salida, es como decir: "sí, amigos, ¡ya son sanfermines!". Y es que la gente enloquece.

¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín! Nunca una frase ha provocado tantas emociones. Estos gritos son, junto al petardazo del cohete, el punto álgido del chupinazo, uno de los pilares de las fiestas de San Fermín. A medida que se van acercando las 12, los jóvenes van llenando la Plaza del Ayuntamiento, apiñándose para vivir in situ el inicio de las fiestas. Empujones, codazos, pisotones, duchas de kalimotxo, balones de playa impactando contra sus cabezas y un sinfín de golpes que tumbarían al mismísimo Mohamed Ali, es lo que tiene que sufrir el valiente que entra en la Plaza del Ayuntamiento mirando a su cuadrilla y diciendo eso de "entramos un poco pero no nos metemos dentro del todo, que es un agobio".

Pero el destino tiene otros planes, y una marea humana lleva al incauto (cuya camiseta blanca ya tiene ese tono "rosa vino", y eso que aún faltan un par de horillas para el chupinazo), sin comerlo ni beberlo, al centro exacto de la plaza saltando y gritando como el que más.En casa, ajena a la Odisea que está viviendo su hijo, su madre mira la tele pensando lo que todo pamplonés piensa en su situación: "¡Pero si luego la plaza no es tan grande con se ve por televisión! ¡Será por eso de que la tele engorda!".En todo caso, ya lo veamos desde la comodidad del hogar o si decidimos arriesgar nuestra integridad física en la plaza, llega el momento de ver el lanzamiento del cohete, momento en el que oficialmente darán comienzo las fiestas de San Fermín.

El elegido para prender la mecha dirá sus dos frases, y por sencillo que parezca hacerlo, lo intente o no, por la forma de expresarlas dará que hablar.Pero es igual, porque encendida la mecha, el cohete explota sí o sí. ¡Camarero! ¡Una ronda de carne de gallina y pelos de punta para todos los navarros! ¡Invita San Fermín! Y es que en décimas de segundo, mientras se anudan el pañuelo rojo al cuello, los navarros se sienten aún más navarros, como si se hubieran comido una seta del Super Mario. Y a partir de ahí, la lluvia de champán, los amigos abrazándose y entonando canciones y los brebajes mezclados con más o menos alcohol son los ingredientes para la mejor de las juergas.

Nuestro valiente llega a su casa las 16:00 de la tarde, con su pañuelico, cansado y muy magullado, probablemente te diga que la mañana ha sido un infierno, pero el año que viene lo tienes plantado en mitad de la plaza, con su propia botella de champán, dándolo todo.